La Asamblea Constituyente es el modo en que las y los ciudadanos ejercemos nuestra soberanía

Declaración de la Fundación Constituyente XXI ante la opinión de la Pdta. Bachelet sobre la Asamblea Constituyente.

En días recientes la Presidenta Michelle Bachelet le ha cerrado la puerta a la Asamblea Constituyente para generar una Nueva Constitución para Chile, señalando que aquella podría ser “un proceso súper de elite”. Con esta errónea posición la Presidenta de Chile contribuye a profundizar aún más la crisis institucional, de credibilidad y representatividad que afecta a nuestro sistema institucional y político.

 Vivimos hoy una  crisis institucional, agravada por la  corrupción del poder del dinero en la política, por la colusión, la concentración y el abuso de los grandes grupos económicos, sin mecanismos de real participación ciudadana y con una institucionalidad que no es capaz de dar respuesta, resolver e integrar los intereses concretos y los anhelos de las grandes mayorías del pueblo  de Chile.

 Para elaborar una nueva Constitución capaz de garantizar de manera efectiva los derechos sociales, económicos, políticos y culturales de las y los chilenos como base institucional y política para un desarrollo económico y social justo, democrático y soberano, consideramos que el único camino legítimo y democrático es asegurar el ejercicio de la soberanía por parte de su  depositario el pueblo de Chile. Por eso, una Asamblea Constituyente conformada mediante la elección universal y representativa de todos las y los ciudadanos del país es un camino indispensable para la elaboración verdaderamente democrática  e incluyente de una nueva Constitución.

 La Asamblea Constituyente  no es un mero método consultivo como lo es un Cabildo, es el modo en que las y los ciudadanos de un país ejercemos directamente la soberanía, lo que permitiría que por primera vez, en toda nuestra historia republicana, sea el pueblo soberano quien elabore y apruebe su Carta Fundamental. La mejor manera de hacer frente a una crisis institucional es profundizando la democracia desde un proceso que reconozca y permita el ejercicio del poder constituyente de las y los ciudadanos.

 El proceso constituyente que ya se ha iniciado en el país es gracias a las miles de ciudadanos, organizaciones sociales populares y políticas que en los últimos años se han movilizado y han venido planteado la necesidad de una nueva Constitución para Chile.

 Ningún mecanismo que le entregue la deliberación Constituyente a una elite, grupo de expertos sin representación, o a un Congreso sin legitimidad como el actual, podrá dotar al país de una Constitución legítima, democrática y soberana.

 Se trata de dotarnos de una Constitución que establezca nuevas bases de soberanía económica, política, social, cultural, regional e institucionales del Estado de Chile para el siglo XXI.

Como Fundación creemos que ha llegado la hora en que las y los ciudadanos debemos organizarnos, movilizarnos y confluir unitariamente en todo el país  en un gran movimiento unitario y plural, por la realización de una Asamblea Constituyente para elaborar la nueva Constitución que Chile necesita y merece.

Fundación Constituyente XXI

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